El saludo militar como lo conocemos hoy en día no es tan antiguo y data de la época en la que los nobles se tocaban el ala del sombrero en ademán de quitárselo para saludar, a la vez que hacían una pequeña reverencia con la cabeza. En los campos de batalla de aquella época era imposible entenderse unos a otros en mitad del fragor del combate y había que recurrir a un código de gestos y señales, junto con instrumentos de viento y percusión para poder comunicar las órdenes a distancia. Una vez transmitida la orden, una forma de hacerle ver al superior que se había entendido la orden, era saludando marcialmente llevándose la mano a la frente. En la actualidad, la artillería de campaña española cuando dispara lo hace cada jefe de pieza dando la orden de fuego con el saludo militar. De esta manera, si 4 piezas tienen que disparar simultáneamente y éstas están alejadas varias decenas de metros unas de otras, gracias al movimiento de la mano se puede saber cuando ha de producirse el disparo. Técnicamente ya no es necesario recurrir a ello hoy en día, pero se mantiene el saludo por tradición y en señal de duelo y respeto por los enemigos que caigan víctimas de los disparos.

El saludo se ha mantenido hasta la actualidad, ya fuera del uso de los campos de batalla y se emplea en el trato habitual entre militares de todos los ejércitos y países. Algo parecido al orden cerrado, nacido originariamente como instrucción para el combate y que hoy en día se mantiene para los desfiles y paradas militares.

El saludo militar ha experimentado también pequeñas variaciones en función de la ideología política. Los comunistas llevándose el puño izquierdo cerrado a la frente, los fascistas saludando con la diestra estirada y alzada. El militar español sólo puede saludar con la mano si va cubierto, es decir, si lleva prenda de cabeza, sea del tipo que sea (gorra de plato, gorra cuartelera, casco de instrucción incluso gorra de lana para la montaña). Sin prenda de cabeza sólo puede usar la fórmula verbal dejando los brazos caidos y pegados al costado.
Otros ejércitos como el norteamericano no tienen ningún reparo en seguir usando el saludo con la mano a pesar de ir descubierto (de hecho es uno de los gestos predilectos del presidente cuando desciende del helicóptero).

También sabemos que a principios del siglo XIX los Coldstream Guards modificaron el saludo habitual del Ejército británico -tocarse el sombrero con la punta de los dedos-. Pasaron a darse una leve palmada en el gorro propio, lo cual derivó en el saludo militar que conocemos hoy.Se toma como señal de saludo,y respeto al superior.