La epidemia fue causada por el brote de la influenza virus A, del tipo H1N1, el mismo que pareció resurgir hace unos años, aunque, eso sí, mucho más virulento y mortal tanto en personas ancianas como en individuos fuertes y jóvenes.
En cuestión de meses, se convirtió en pandemia y se llevó a la tumba,a casi 40 millones de personas; es decir, cuatro veces más víctimas que dejara la gran guerra.
Sólo en España, el virus de la gripe española, causó la muerte a 300.000 personas.
Es por ello que esta gripe sea considerada la peor pandemia de la historia.

El origen no fue español:

La enfermedad surgió en los Estados Unidos, en el estado de Kansas, pero los Aliados de la Primera Guerra Mundial la llamaron gripe española porque recibió una mayor atención de la prensa en España que en el resto del mundo.
Los países implicados en la Gran Guerra no informaban sobre la epidemia para no desmoralizar a las tropas, de modo que las únicas noticias venían en la prensa española.
España fue el único que no censuró información ya que era neutral en el conflicto.
Así que como gripe española pasaría a la historia, el primer brote, la ola de primavera de la epidemia, se originó, al parecer, en los cuarteles militares estadounidenses en marzo de 1918.
El segundo brote, la ola principal de la pandemia global, tuvo lugar de septiembre a noviembre de ese mismo año.
Hubo, en numerosas zonas, una tercera ola, muy grave, a principios de 1919.

Virulencia letal:

Por entonces, todavía no se habían descubierto los antibióticos. En su mayoría la gente que murió durante la pandemia lo hizo por neumonía causada por bacterias oportunistas que infectaron a quienes la gripe había ya debilitado.
Sin embargo, una parte de los afectados por la epidemia murieron apenas unos días después de que se les manifestaran los síntomas de la enfermedad, victimas de una neumonía virósica mas grave, originada por la misma gripe, que dejo sus pulmones completamente invadidos de sangre o liquido.
Además, la mayoría de los fallecidos eran adultos jóvenes (de entre 15 y 35 años), un grupo poblacional que rara vez muere de gripe.
Los investigadores detectaron mucho tiempo después que se trató de un gripe transmitida por las aves, y no porcina.
De modo que el virus de 1918 no tenía ningún gen de tipo humano: era un virus de la gripe aviar, sin mezclas.
Tenía, eso sí, 25 mutaciones que lo distinguían de un virus de la gripe aviar típico, y entre ellas debían estar las que le permitieron adaptarse al ser humano.
Se supo así que el virus de la gripe española se multiplica 50 veces más que la gripe común tras un día de infección, y 39.000 veces más, tras cuatro días.
Mata a todos los ratones de laboratorio en menos de una semana.

El fantasma de la gripe española:

El miedo a que se propague un nuevo virus de una virulencia letal similar al de la mal llamada ” gripe española”, ha preocupado en los últimos años desde que hemos conocido el alcance de contagio entre humanos por gripe aviar y porcina.
La gripe española de 1918 fue la peor de las tres epidemias de gripe del siglo XX, pero no es menos cierto que entonces las medidas sanitarias eran muy precarias. Tras la gran guerra; no se contaba con antivirales, y además los estados, que trataban de recuperarse del desastre, no pudieron tomar las medidas adecuadas para evitar que la pandemia se propagara.
Las carencias sanitarias y alimenticias, además de la imposibilidad de aislar a las personas contagiadas en hospitales abarrotados de heridos de guerra, fomentaron más el contagio.
Los ciudadanos se encontraron desprotegidos frente al virus y en pocos meses el desastre era incontrolable.
La epidemia se convirtió en pandemia.
En apenas cuatro meses, el virus había dado la vuelta al mundo cobrándose veintiún millones de vidas humanas, y había regresado a las costas estadounidenses.
Pero el asesino microscópico aún seguiría matando al doble de personas durante un año más. Las compañías farmacéuticas trabajaban día y noche para producir una vacuna, pero el virus desapareció antes de que se pudiera siquiera aislarlo.

Fue la epidemia de gripe más mortífera de la historia de la humanidad.
95 años después de aquello, el temor a que resucite el fantasma de “la gripe española” sigue estando presente.