Últimamente escucho mucho en radio y televisión como se alude de forma constante a la libertad de expresión asociándolo a la democracia.
Los juzgados están llenos de denuncias «contra el honor» interpuestas por los famosos de turno que continuamente aparecen en TV. Gente de distintos ámbitos y estratos sociales, con un denominador común en la mayoría de los casos: la falta de respeto.
Parece estar de moda, decir incongruencias cuando alguien se manifiesta en contra de alguna opinión.
A la más mínima diferencia, saltan como resortes y obcecadamente salen a defender lo indefendible convirtiéndose en dueños de la verdad.
A veces siento que la gente no escucha cuando alguien se quiere expresar? o escucha solamente lo que quiere oír, sin importar el sentimiento ajeno.
¿Qué nos esta pasando a los seres humanos, que no somos capaces de reconocer la realidad?
Llenamos nuestros pobres cerebros tan solo con lo que nos quieren hacer ver…
Acaso perdimos la curiosidad?
Somos libres para escribir, para hablar y nos están condenando poco a poco a no razonar, a no desmenuzar lo que leemos o escuchamos.
Nos empujan a tomar como valida una sola opinión, sin dejarnos ver lo bueno del otro lado.
El reconocimiento del «enemigo» cada vez es menor.
Poner el dedo en la llaga, porque si, sin creatividad, sin un objetivo concreto, es la constante en la mayoría de los medios de comunicación.
Predomina la cultura de la incultura, la pérdida de los valores básicos de convivencia, el insulto cuando no hay razonamientos posibles, en resumen, los que ganan, pisan a los que pierden manifestando su prepotencia sin escuchar a una minoría que poco a poco se va convirtiendo, afortunadamente,en un murmullo mayoritario
.
El grito se controla por el miedo, y el miedo es controlado y manejado por quien cree tener el poder. Aquí se hace lo que yo ordeno y mando.
Una pena
.Por suerte existen honrosas excepciones!