Un día como cualquiera, un padre de familia adinerada llevó a su hijo, a un viaje por el campo
con un solo propósito: que el chico viera cuan pobre era la gente de ese lugar.
Estuvieron paseando todo el día y la noche, la pasaron en la granja de una familia muy humilde.
Al concluir el viaje, ya de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo:
Qué te pareció el viaje?
-Muy bonito, papá !
-Viste lo pobre que puede ser la gente?
-Si …
-Y qué aprendiste?

A lo cual el muchacho respondió:

-Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cinco.
Nosotros tenemos una piscina larga hasta a la mitad del jardín,
ellos tienen un arroyo que no tiene fin.
Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas.
Nuestro patio llega hasta la muralla de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte.
Ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia,
tú y mi mamá tienen que trabajar todo el día y casi nunca los veo…

Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:
Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser!!!

Cada uno ve las cosas de diferente manera, pero todo en la vida nos deja una enseñanza!
Claro… depende del cristal con que se mire… no?