“Bellas de verdad” es la leyenda que se impone en la tapa.
Y en la foto hay mujeres normales, o reales, o comunes, el nombre es lo de menos. Lo importante es que Tara Lynn, Candice Huffine y Robyn Lawley, tres modelos hermosas y voluptuosas, protagonizaron la portada de la versión italiana de Vogue.
Desde una imagen en blanco y negro captada por la lente de Steven Meisel, con ligas y en ropa interior, las chicas derrochan sensualidad, erotismo y glamour. Sentadas alrededor de una mesa y frente a suculentos platos de spaguetis, muestran sin pudores sus cuerpos curvilíneos y plenos de formas.
La curva es bella
En un mundo en el que la delgadez es moneda de cambio revalorizada, se cobra vidas y juega al límite de la salud, la apuesta de la revista, al menos, sorprende. La encargada de realizar este proyecto fue Franca Sozzani, editora de la publicación, dueña de un olfato especial a la hora de impactar y sorprender con temas que exceden al simple concepto de la moda. Con esta tapa, la periodista intenta ponerle un freno a la dictadura del Extra Small y toma postura por la exuberancia.
“¿Porqué deberían estas mujeres adelgazar? Muchas de las mujeres que tienen algunos kilos extra son especialmente preciosas y femeninas”, afirmó Sozzani. Y esta opinión es acompañada por hechos: en una fuerte campaña contra la anorexia y los sitios web que la promueven, la periodista publicó un manifiesto y recoge firmas de apoyo en la edición on line de Vogue que tiene cerca de un millón de usuarios al mes. La idea es utilizar “la autoridad y el área de influencia de Internet” para acabar con estas páginas.
“La moda siempre ha sido acusada como una de las principales causas (de la anorexia) y este compromiso quiere demostrar que la moda entra en juego, en primera línea, para luchar contra la anorexia”, concluyó la editora.
No es el primer intento por imponer un nuevo concepto de mujer en un mundo de la moda que las prefiere flacas. ¿Esta tapa estará iniciando, de una vez por todas, una tendencia que ya fue alguna vez en el pasado?