1). El carro de la compra. La señal de alarma la dieron unos investigadores de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, según los cuales, sobre los carros de los supermercados podemos encontrar prácticamente cualquier tipo de fluidos corporales, desde saliva hasta restos de heces. De hecho, han demostrado que estos inocentes objetos contienen más bacterias que las que podemos encontrar en un baño público que esté limpio.

2). El comando a distancia. Este objeto, aparentemente inocuo, en realidad está lleno de gérmenes y bacterias. ¿Por qué? La razón es muy sencilla: porque a menudo lo usamos con las manos sucias, sobre todo impregnadas de restos de comida, que son el caldo de cultivo perfecto de numerosas bacterias.

3). La bañera. Numerosos estudios han descubierto que existen mayores probabilidades de coger una infección en una bañera que en un váter. La razón es muy sencilla: estamos obsesionados con el váter, lo limpiamos y tenemos mucho cuidado cuando lo usamos pero a menudo nos olvidamos de la bañera, que es un verdadero paraíso donde proliferan los gérmenes, sobre todo si no se limpia todos los días.

4). El fregadero de la cocina. Aunque a primera vista puede parecer que está muy limpio, en realidad no es así. Con el fregadero de la cocina debemos extremar las medidas de limpieza, mucho más que con el váter. De hecho, se ha demostrado que en la mayoría de las casas, el fregadero es una de las zonas más sucias que existe.

5). La esponja de fregar. En último lugar encontramos la esponja de fregar, aunque probablemente se trata de uno de los objetos más sucios que podríamos encontrar en toda la casa. El principal problema es que estas tienen la capacidad de absorber el agua y la humedad del ambiente por lo que en su interior se multiplican numerosas bacterias. La solución es cambiarla a menudo y jamás esperar a que salgan las primeras manchas.

Mantener pulcro nuestro habitat es apostar a la salud…