El 26 de febrero de 2008 se inauguró oficialmente el «Banco Internacional de Semillas de Svalbard”, ubicado en la isla de ese nombre, al norte de Noruega, dentro del círculo polar ártico. Ha sido financiada por Noruega, Monsanto, el banco Rockefeller y Microsoft, a un costo de 9 millones de dólares. El Banco es un refugio para semillas, algunas en peligro de extinción. También se la conoce como «El Arca de las semillas», que, como el Arca de Noé, preserva la vida – vegetal en este caso- frente a probables catástrofes.

Consiste en una bóveda capaz de albergar 2200 millones de semillas de variados cultivos, para enfrentar la destrucción que producen los bombardeos, el uso de desfoliantes, el cambio climático, el uso de armas nucleares o químicas, etc. Más de 100 países han contribuido con sus especies naturales.

Si llegara a ocurrir alguna catástrofe mundial, del Arca podrán surgir las especies cultivables como alimento; por eso se la llama popularmente la «Bóveda del Fin del Mundo» (Doomsday Vault), ya que se supone que puede resistir terremotos, impactos de bombas nucleares, actividad volcánica, aumento del nivel del mar por derretimiento de los hielos polares (lo que ya ha ocurrido en el Ártico) y cualquier otro desastre. Está emplaza a 130 metros sobre el nivel del mar. Aún si se corta la energía eléctrica, la capa de hielo exterior permanente (permafrost), mantendría la refrigeración de la bóveda.

En 2015 la catástrofe ocurrió: La guerra en Siria no solo acabó con vidas y bienes, sino que impidió el trabajo del Centro Internacional de Investigaciones Agrícolas en Zonas Áridas (ICARDA) con asiento en la ciudad de Aleppo. Esa institución había desarrollado variedades de trigo y otras, resistentes a las condiciones del Medio Oriente, agua escasa y altas temperaturas, pero por la guerra tuvieron que abandonar Aleppo, rumbo al Líbano, dejando atrás las preciadas semillas. Entonces recurrieron al Arca, que se abrió por primera vez para devolver una parte de las semillas que inicialmente donó ese centro de investigaciones a fin de reproducirlas y distribuirlas en Medio Oriente.

Así, El arca cumplió su misión.

Como se puede notar, no todas son malas noticias

Existen muchos otros refugios para la preservación de semillas cultivables. Uno de los mayores es el Banco de Semillas del Milenio (Millennium Seed Bank Project), ubicado en el sur de Inglaterra. Allí se almacenan las semillas en grandes cámara subterráneas, aisladas y refrigeradas El propósito es el mismo que el del Arca: preservar la flora terrestre de la extinción natural o provocada por las guerras o la expansión demográfica e industrial.